Vivimos un momento de incertidumbre debido a lo contradictorio de las informaciones acerca del Fenómeno El Niño.
Por ello, debemos recordar la definición del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (SENAMHI), quien reconoce el evento como un aumento periódico de la temperatura en la superficie del Pacífico, acompañado por vientos que llevan ese calentamiento a las costas del continente americano. Ocurre generalmente entre diciembre y marzo.
El SENAMHI ha señalado que tenemos 55% de probabilidades de que El Niño sea entre fuerte y extraordinario. También ha advertido que la llegada de las lluvias anómalas puede variar. En el fenómeno de 1982/83, las lluvias fuertes se dieron en marzo y abril mientras que en el de 1997/98 ocurrieron entre febrero y marzo. En la actualidad, existe la posibilidad que durante diciembre se den lluvias de mayor magnitud a la regular.
De acuerdo con el Ministerio del Ambiente (MINAM) nuestro país muestra una gran vulnerabilidad ante variaciones climáticas como episodios extremos de lluvia y altas temperaturas asociadas a El Niño. Éste produjo pérdidas económicas en 1982/83 que sumaron US$ 3.283 millones y en 1997/98 con daños estimados en US$ 3.500 millones. Las pérdidas fueron equivalentes al 12% y 6% del PBI anual de 1983 y 1998, respectivamente.
Hay que recordar que antes del evento extraordinario de 1997/98, ocurrieron unos 25 episodios de diferente intensidad. Los sucesos de 1891 y 1925, fueron de intensidad comparable a los de 1982/83 y 1997/98. En lo que va del siglo XXI se han presentado cuatro episodios en el Pacífico central: dos de intensidad débil en los años 2004/05 y 2006/07 y dos de intensidad moderada en los años 2002/03 y 2009/10.
En esta oportunidad, se están tomando las precauciones para afrontar un eventual fenómeno de mejor manera comparado con otros episodios similares ocurridos años atrás. El Ministerio de Agricultura y Riego (MINAGRI) ha destinado un presupuesto que se viene ejecutando y se ha ampliado en los casos necesarios; además, se vienen desarrollando obras de descolmatación de los ríos, limpieza de drenes, limpieza de quebradas y de diques.
Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) el mes de agosto fue el más cálido desde que se tienen registros. La temperatura media de enero a agosto de las superficies terrestres y oceánicas mundiales fue superior en 0,84 °C a la media del siglo XX y fue la temperatura media más elevada para el período comprendido entre enero y agosto del período 1880-2015 desde que se tienen registros.
Estos datos han originado una serie de especulaciones sobre una posible relación entre el fenómeno de El Niño y el calentamiento global. Los especialistas no hallan sustento científico para tales afirmaciones. Señalan que el cambio climático elevaría un poco los niveles máximos de las lluvias extremas, pero la causa fundamental de éstas sigue estando en una variación climática natural. El calentamiento global es solo un coadyuvante y reforzaría el fenómeno.
Finalmente, debemos implementar estrategias de comunicación. Para ello es necesario canalizar correctamente la información. Las poblaciones en riego deben tomar conciencia de la magnitud del fenómeno y participar de las acciones que vienen efectuando las autoridades. Sólo involucrando a las poblaciones vulnerables podremos estar preparados para enfrentar un fenómeno climático tan particular como el que se avecina.
Hernani Larrea Castro
Director Académico
Carrera de Administración y Agronegocios (UPC)
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