Sin lugar a dudas, en algún momento nos hemos cruzado con esta palabra, sea para describir el malestar por el que estamos pasando o la incomodidad que alguna otra persona está sobrellevando.
Por lo tanto, se tiene que tener en cuenta que este trastorno es relativamente común, ya que entre el 2 al 27% de la población sufre de estreñimiento crónico[1] , siendo, en líneas generales más frecuente en mujeres que en hombres, es decir existe una relación de 3 a 1[2].
El estreñimiento es una afección multifactorial que se asocia a problemas de tipo funcional, mecánico, psicológico, farmacológico y como consecuencia de alguna enfermedad base[3]. Al inicio del problema el malestar es subjetivo y puede empezar como una simple dificultad para ir al baño, hincones en el abdomen, hinchazón abdominal, entre otros síntomas sin orden alguno.
Por lo tanto, es importante definir adecuadamente este trastorno para poder identificarlo. Según las Guías Mundiales de la Organización Mundial de Gastroenterología[4], el estreñimiento no es solo la ausencia de evacuaciones por un periodo de tiempo, sino, en pocas palabras, es la suma de síntomas como sensación de evacuación incompleta, evacuación de heces duras o secas, sensación de obstrucción o bloqueo intestinal además de una frecuencia defecatoria menor a 3 veces por semana. Asimismo, estos síntomas tienen una evolución de por lo menos 3 meses.
Investigaciones recientes han concluido que la constipación se puede presentar de manera frecuente en jóvenes y adultos jóvenes de entre 38 ± 16 años[5]. En donde se ha demostrado que la incidencia de este trastorno en jóvenes está asociada con tres factores[6] fundamentales, como los hábitos de alimentación irregulares e inadecuados en relación con la ingesta deficiente de fibra y agua, con la inactividad física y con el estrés al que están expuestos. Además, que la gran mayoría de jóvenes evaluados no se considera una persona estreñida a pesar de presentar con continuidad los síntomas antes expuestos, y es por ello que no recurren a la asistencia de un especialista3.
Finalmente, esperamos que después de esta corta nota hayas comprendido un poco más acerca del estreñimiento y a cómo detectarlo. Recuerda, no es necesario identificarlo para prevenirlo, es por ello que en la próxima nota te contaremos más acerca de cómo evitar, en lo posible, llegar a esta condición.
[1] Pinto MI, Bercik P. Epidemiology and burden of chronic constipation. Can J Gastroenterol. 2011 Oct; 25 (Suppl B): 11B–15B. (enlace : https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3206560/pdf/cjg25011b.pdf)
[2] Gloria J. Arango L, Smith Duque J. Prevalencia y factores de riesgo de estreñimiento en estudiantes de enfermería de una universidad privada colombiana. Rev. Colombiana de Enf.. 2014; 9(9): 53-64 (enlace: http://m.uelbosque.edu.co/sites/default/files/publicaciones/revistas/revista_colombiana_enfermeria/volumen9/007-articulo5.pdf)
[3] Remes JM, Tamayo de la Cuesta JL, Raña R, Huerta Iga F, Suarez E, Schumulson M. Guidelines for diagnosis and treatment of constipation in Mexico. Rev Gastroenterol Mex 2011; 2(76):126-132. (enlace: http://www.revistagastroenterologiamexico.org/es/guias-diagnostico-tratamiento-del-estrenimiento/articulo/X0375090611243253/)
[4] Guías Mundiales de la Organización Mundial de Gastroenterología. Estreñimiento: una perspectiva mundial (enlace: http://www.worldgastroenterology.org/UserFiles/file/guidelines/constipation-spanish-2010.pdf)
[5] Aguilar Rodriguez AG. Prevalencia de estreñimiento crónico según los criterios de Roma III y tipos de laxantes consumidos por estudiantes del Campus Central de la Universidad Rafael Landívar, plan diario, jornada matutina. Guatemala. Universidad Rafael Landívar. 2014 (enlace: http://biblio3.url.edu.gt/Tesario/2014/09/15/Aguilar-Ana.pdf)
[6] Constipation. PubMed Health. NIH – National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Disease (enlace: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmedhealth/PMHT0024803/)
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