Por: Liliana Galván* Las carreras automovilísticas locales quedaron atrás. Ahora se trata de campeonatos mundiales en los que todos compiten en primera y nadie tiene la corona por adelantado. Estamos en la era de ligas mayores en donde la clave está en la eficacia de la estrategia. Una buena estrategia requiere velocidad en la táctica, manejo de la inestabilidad, liderazgo del piloto, habilidad para cambiar llantas mientras el carro está en marcha, y capacidad para inter-depender de su equipo.
Las crisis son eventos destructivos. Amenazan rápida y violentamente los márgenes financieros, la posición en el mercado, la reputación y hasta la continuidad del negocio. Nadie está libre de ellas. Una vez iniciadas, tienden a escalar agresivamente y expandir el daño. Hay que reaccionar de manera inmediata y actuar de modo coherente en una serie de ámbitos simultáneos.